Popy Olivera pudo cumplir su sueño dorado de trapear el piso con el voluminoso Alan. Lo que nunca sos- pechó es que del acariciado sueño pasaría a la pesadilla: En pleno ronque, Alan se le encima para ahorcarlo y él despierta sobresaltado, pegando alaridos. El obeso y vengativo personaje también ha empezado a perturbar el sueño de PPK, desde la reunión política que tuvieron ambos. En esa ocasión, Alan le ofreció el apoyo aprista en el Congreso, algo que suena a caer juntos al precipicio y que en sus noches de pesadilla le causa tanto espanto a PPK.

En cambio, la dirigente del colectivo POR UN AUTÉNTICO ESTADO LAICO sufrió en carne propia una ver- dadera pesadilla. Fue secuestrada por un grupo de fujimoristas y agredida fisicamente por una rabiosa con- gresista disfrazada de panelista de televisión. La valiente caviar no se dejó intimidar y soportó con elegante dignidad la quemante golpiza. Orgullosa de su sello de clase, ella continuará enfrentándose a la derecha recalcitrante, sin temor a sus métodos bárbaros.