Después de la derrota electoral de Keiko, el fujimorismo anda como pollo sin cabeza. La supuesta dama de hierro no sale de su estado catatónico y los integrantes de su numerosa y variopinta bancada siguen esperando órdenes precisas para actuar al unísono. A pesar de tener cabeza de pollo, Kenji no ha querido suplantar a Keiko y ha tomado la iniciativa de presentar una cabeza fresca, neuronalmente compatible con el fujimorismo, para que asuma el férreo liderazgo que su dócil rebaño requiere. Basta una simple mirada a la cabeza que el risueño Kenji propone, para darnos cuenta de que se trata de un carismática personalidad que suma una serie de virtudes: la cultura de Becerril, la capacidad analítica de la Chacón y el encanto de Alcorta de entendederas. No faltan los insidiosos que aseguran que esa cabeza le fue proporcionada a Kenji en la DIROES.